miércoles, 14 de noviembre de 2012

Las emociones y el dinero


Cualquier ser humano que se encuentre en un normal funcionamiento biológico podría ser capaz de sustentarse a sí mismo con un óptimo nivel de prosperidad, sino fuera porque sus sistemas energéticos se encuentran fuera de equilibrio.

Todos nacemos habilitados para ser capaces de sostenernos económicamente. Sin embargo, a muchas personas se nos ha complicado este logro en niveles que a veces alcanza la desesperación. En alguna parte del camino, desde que somos niños hasta que llegamos a la edad adulta, perdemos el camino, nos extraviamos y nos sumergimos en una verdadera batalla que se libra día a día.

Extraviamos el camino en varios aspectos y por eso se hace tan complicado volver a retomar la senda. Se desvían nuestros conocimientos debido a toda la información que se transmite de generación en generación al interior de la familia y la que se entrega en la educación formal. En forma mayoritaria, ambas no están orientadas a fortalecer o reconocer nuestras capacidades innatas para vivir en abundancia. La gran mayoría de las veces esta información es justamente contraria a ese objetivo. Se nos enseña, se nos muestra y se nos adiestra para ser dependientes de algo, de una educación, de un empleador, de un trabajo cualquiera o del sistema reinante en el momento.

También nos extraviamos al utilizar nuestros sentidos físicos. Es difícil creer que podamos vivir en abundancia cuando vemos que la gran mayoría de las personas en el planeta viven en pobreza o en términos económicos muy estrechos. Vemos, escuchamos, tocamos, olfateamos y saboreamos la escasez en muchos aspectos de forma permanente. Debido a esto nos puede alcanzar un sentimiento de envidia o condena contra aquellas personas que pueden escaparse de tan masiva realidad. En medio de ese escenario, a veces, es difícil aceptar que la abundancia nos corresponde a todos. 

Los conocimientos y los sentidos no son los únicos que importan a la hora de extraviar el camino de la prosperidad. También, y aun más importante que todo lo anterior, se encuentran las  emociones que sentimos frente al tema del dinero. El cuerpo emocional es muy poderoso y si no se encuentra alineado, todos los demás esfuerzos resultan muy difíciles de sortear.

Estando en medio de las emociones que comúnmente nos alcanzan cuando estamos extraviados de nuestra prosperidad, la cordura se aleja, los pensamientos se nublan y lo que podría ser tan lógico y matemático queda velado ante nuestra vista. Tratar de tener éxito en cualquier actividad productiva antes de alinear las emociones resulta casi imposible. Para alcanzar un logro en cualquier área de la vida, es necesario alinear nuestro ser en varios aspectos y por supuesto que esto también ocurre cuando de dinero de trata.

De la misma manera en que las emociones son muy poderosas para echarte a perder tus planes de prosperidad, también ellas son muy poderosas para ayudarte a crear tu prosperidad. Sin negar que la gran mayoría de la personas almacenamos profundas emociones negativas respecto al dinero, aun así, podemos conscientemente instalar emociones positivas que nos ayuden a prosperar.

Si bien es cierto que trabajarlas una a una seria bueno, no podemos desconocer que es una ardua tarea que puede prolongarse por mucho tiempo. Lo ideal es simplemente volver a instalar y resaltar aquellas emociones positivas que tenemos alcance de la mano y que son muchas. Estas mismas ayudarán a remover todas aquellas emociones que se encuentren celosamente guardadas en el interior de nuestro subconsciente y que son opuestas a nuestros anhelos de bienestar económico
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Observa lo que sientes cuando te estás abrumado económicamente. Todos esos sentimientos de abatimiento no colaboran a tu resurgir. Para  que puedas superar tus estados decaídos, tendrás que comenzar a amar el juego de ganar. Todo se inicia a tu favor cuando dejas de sentirte triste, deprimido o angustiado y comienzas a instalarte en la posibilidad de comenzar el juego del otro lado.

Las emociones se pueden remover y transmutar con trabajo, paciencia y dedicación. Tus emociones son tus aliadas para crear lo que existe en tu vida y si no te sientes conforme con tus logros económicos, tus emociones negativas al respecto solo te ayudan a seguir asegurando el mismo escenario hasta que decidas cambiarlas por otras que te puedan ayudar a salir de allí.

No podrás cambiar tus emociones de preocupación o depresión en torno a tu situación económica si antes no cambias las emociones que sientes al respecto. Esta perece ser la mayor trampa que encontramos. Generalmente esperamos sentirnos mejor cuando nuestros problemas económicos se solucionen.

Pero tus problemas económicos no se pueden solucionar solos, ellos han sido creados por ti, por tus conocimientos, reforzados por tus sentidos y edificados sobre las solidas emociones que has sumado en todo el proceso.

Puedes dedicar un espacio de tu tiempo para mirar, escuchar y sentir tus emociones al respecto y te darás cuenta de que ellas son muy poderosas para crear ambas condiciones: escasez y prosperidad. Entonces elige la función que quieres darle.

Patricia González.

Tu Coach para realizar los cambios que deseas: 
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