sábado, 25 de octubre de 2014

Por que no has conseguido lo que quieres

Hay una explicación espiritual para comprender por qué no has conseguido aquello que anhelas aunque lleves algún tiempo buscando la manera de conseguirlo. Y esta explicación consiste en que aun no has igualado tu vibración interna con la vibración que tiene eso que buscas.



Y eso nos sucede cuando olvidamos que podemos vibrar en una frecuencia mas alta de la que tenemos este momento y a veces el olvido es tan grande, que nos parece imposible alcanzar ese nivel necesario para crear esa realidad mas elevada.

Entonces nos sentimos pequeños y muchas veces caemos en el hábito de la comparación con otras personas donde nos sentimos aun más pequeños y dejamos de tener presente que cada cual tiene su propio recorrido.

Lo más probable que una persona más feliz, lo sea porque ya transitó el camino que nosotros ahora estamos transitando. Todos vamos en la misma dirección, solo que estamos en distinto curso de esta gran escuela llamada vida.

El cielo espera que avancemos, pero ese avance no es una lucha, sino más bien, un reposar. Comúnmente pensamos que para llegar a un lugar de más alta vibración tenemos que hacer un esfuerzo. No obstante, el proceso es justamente al revés. 

Primero es necesario conectar con el potencial interno, encontrarlo dentro, reconocerlo, valorarlo, descubrirlo y aceptarlo para que lo que visualizamos pueda concretarse físicamente en el exterior. Y esto solo se puede hacer en reposo.

Si cierras tus ojos y recuerdas cuando eras niño y te veías tan libre y con tantas posibilidades por ocurrir, tendrás un atisbo de lo que estoy tratando de decir.

Trae a tu memoria al niño que simplemente es, el que no está tratando de ser algo, sino, que fluye libremente. Hace lo que hace concentrando toda su energía en ello, dejando fuera de su hacer las influencias externas y se entrega por entero a lo que ocurre en ese momento presente. Ese niño sintoniza con lo que llama su atención, sin esfuerzo y sin juzgar si lo que hace está bien o mal.

Mientras vamos creciendo, somos influenciados por muchos paradigmas que nos van alejando de esa fluidez natural y cada vez se nos hace mas difícil poderla sostener.  En la edad adulta los efectos de esa programación se hacen ver como un alejamiento de lo que realmente queremos lograr.

A simple vista todo esto parece ser injusto y triste, pero en realidad, este es el juego de la vida y tiene algo muy bueno en su profundidad. Su finalidad consiste en ver los efectos negativos de esta programación para poder hacer las correcciones adecuadas y sentir la dicha de mejorar, la dicha de evolucionar.  

Y lo que anhelamos conseguir es la guía que nos ayuda a clarificar el camino para conseguir ese crecimiento, que más que crecimiento, es un recordar. Entonces, lo que anhelamos en realidad no tiene ninguna importancia. Su mayor valor consiste en el empuje que nos otorga ese anhelo, en el motor que representa, en el sentido motivador que tiene para hacernos mover de un lugar a otro mejor.

Es fácil darse cuenta de que, si no sintiéramos anhelos, no tendríamos una razón para movernos. Incluso con anhelos y todo, muchas veces nos queremos quedar allí, detenidos, tratando de evitar la incomodidad que genera subir un peldaño, aunque este represente algo maravilloso para nosotros. Pero movernos es la única manera de llegar a la meta.

Ese movimiento consiste en elevar la vibración de tus pensamientos y emociones todo lo que sea necesario hasta llegar allí donde quieres llegar. Y esto se encuentra muy relacionado con nuestro nivel interno de merecimiento. Si no has conseguido lo que quieres, es porque aun no crees merecerlo.

Patricia González